Familiares y amigos de las víctimas de la denominada Tragedia de Once señalaron su deseo que "la lucha y dolor se convierta en justicia" en el primero de los actos por el tercer aniversario del choque del tren Sarmiento contra la estación que dejó 51 muertos y unos 800 heridos, y en el año en que se espera la sentencia contra los acusados de provocar el siniestro.
En los mismos andenes donde el 22 de febrero de 2012 el chapa 16 impactó contra los paragolpes de contención, los allegados de las víctimas se concentraron esta mañana con carteles, remeras y fotos de las personas que ese día perdieron la vida.
A la luz del Memorial de los Corazones y de la cerámica firmada por el papa Francisco, entregada a un grupo de madres que viajó al Vaticano en octubre del año pasado, el actor Héctor Bidonde dio comienzo al acto al afirmar que "hace tres años el corazón de todo argentino de bien se estrujaba de dolor, hace tres años las sirenas empezaban a lastimar el aire de esta ciudad".
En ese momento su discurso quedó interrumpido por la sirena que recordó las 8:33, el horario del impacto, que al apagarse dio lugar a otro sonido inconfundible: el de los llantos de los familiares.
Esas muestras de dolor y pedidos de justicia atravesaron todo el acto que tuvo uno de sus momentos más emotivos cuando Nicolás, un adolescente que en el siniestro perdió a su tío Juan Carlos Alonso o "Coqui", leyó un texto desde su celular "que surgió una noche y como lo tenía a mano antes que un papel y una lapicera lo escribí ahí", según dijo.
"Los días son tan poderosos que nos pueden sacar un familiar o dar una alegría máxima al estar con él. Aprovechemos el tiempo compartido", expresó el joven.
Por su parte, Mónica Bottega de Pontiroli, mamá de Tatiana y parte del grupo que viajó a la Santa Sede, recordó la "sorpresa" que fue saber que el papa las iba a recibir en audiencia.
"Francisco nos esperaba para alentar al grupo de mamas, para decirnos que sigamos con este reclamo firme, pero en paz y que no nos dejemos vencer. Al pueblo argentino le cuesta llorar y Francisco lloró y lo hace todos los días 22 por aquellos que no están con nosotros", manifestó antes de descubrir la cerámica firmada por el pontífice y bendecida por el padre Oscar.
Carlos Bustamante, papá de Federico que tenía 19 años al momento de la tragedia y esposo de Esther, que fue parte de la comitiva que estuvo en el Vaticano, también destacó que el mensaje del papa les dio "fuerza".
"Dentro del dolor fue algo hermoso que pasó, mi mujer nunca pensó que el papa la podía llamar. Estuvieron una semana y volvieron renovadas", manifestó en declaraciones a Télam.
Otro de los oradores del acto fue el presidente de la Red Solidaria, Juan Carr, que agradeció a los familiares por la "capacidad de convertir la tragedia y el dolor en amor".
"Nunca sabremos las vidas que ustedes salvaron en estos tres años, todo lo que generaron en conciencia y todas las transformaciones que hubieron por esa tragedia convertida en amor y ahora 40 millones debemos lograr convertir ese amor en justicia", expresó.
Ese pedido volvió a agrupar a los familiares, como dijo Daniel, quien manifestó que se siente "como si fuera el primer día hace tres años" cuando murió su hijo Fernando, y reclamó que los responsables "la paguen aunque la vida de mi hijo no la van a devolver".
Patricia, prima hermana de Micaela Machicao, madre de dos hijos y que viajaba ese día en el Sarmiento, remarcó a Télam que el siniestro "destrozó a la familia".
"Somos bolivianos, vinimos a este país para darle una vida mejor a nuestros hijos. Ese día ella tomó el tren porque estaba estudiando, salió de casa dándole un beso a sus hijos diciendo que iba a volver y nunca más lo hizo", manifestó.
"Yo creo en la Argentina y que en este país sí existe la justicia y quiero ver que los culpables paguen porque ellos van a tener vida pero la de mi prima y la del resto de las víctimas no se van a poder recuperar", concluyó.
El juicio oral al maquinista de la formación, a ex funcionarios y a los empresarios que tuvieron la concesión del ferrocarril Sarmiento entró en su etapa final, aunque el veredicto se aguarda para la segunda mitad del 2015.
Ante el Tribunal Oral Federal 2 ya hablaron 182 testigos desde que el 18 de marzo de 2014 comenzó el juicio a los ex ministros de Transporte de la Nación Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, al dueño de Trenes de Buenos Aires Sergio Claudio Cirigliano, a la ex cúpula directiva de la firma que controló el ferrocarril Sarmiento y al maquinista Marcos Córdoba.
Responsables y culpables
"Si decimos que toda la responsabilidad es del maquinista, estamos garantizando la impunidad".
Así lo afirmó Leonardo Menghini, uno de los abogados querellantes de varios familiares de las víctimas. Además, es tío de Lucas Menghini Rey, el último encontrado dentro del tren dos días después.
El grito de Justicia los familiares de la Tragedia de Once que este domingo se da en el 3° aniversario de aquel fatídico 22 de febrero del 2012, está cada vez más cerca.
Hace once meses comenzó el juicio oral y público que tiene en el banquillo de los acusados al maquinista, Marcos Córdoba quien está imputado por descarrilamiento culposo; y también a funcionarios públicos y empresarios de TDA por el delito agravado de administración fraudulenta. Este 2015 será el año de las sentencias por lo que se espera que haya "condenas a todos los responsables" de la tragedia.
Leonardo Menghini es uno de los abogados querellantes que representa a varios familiares quienes sostienen que la responsabilidad no es sólo del maquinista.
Con 47 años y más de 20 años de experiencia, Leonardo tuvo que "despegarse" del dolor de tío (es hermano de Paolo Menghini, papá de Lucas Menghini Rey) para ponerse al hombro el juicio contra los responsables de la muerte de su sobrino. "Hace un año que me tengo que enfrentar dos veces por semana a encontrarme cara a cara con los responsables de la muerte de Lucas. Necesariamente tengo yo y el resto de los familiares, que ponernos fríos para poder tener claridad sobre lo que está pasando y que haya condenas para todos", contó el letrado en diálogo con minutouno.com.
Dentro del grupo de familiares de la tragedia hay distintas posiciones, ya que están quienes consideran que el único responsables es el maquinista, Marcos Córdoba; y del otro dados, dos querellas más sostienen que él es partícipe necesario de un entramado de corrupción entre funcionarios y empresarios que llevaron al vaciamiento del sistema ferroviario y que, todo ese conjunto, fue lo que llevó a que suceda la tragedia.
Desde el primer momento, la querella de Menghini cuestionó los peritajes realizados a la formación del choque en Once donde se sostuvo que los frenos funcionaban. "La pericia que se hizo no fue objetiva y quedó demostrado con los testimonios que pasaron en las diferentes audiencias.
Hubo quienes sostuvieron que había irregularidades en los frenos y más allá de eso, lo que causó al tragedia no fue solamente eso", explicó Menghini y agregó: "Durante muchos años hubo un vaciamiento y un abandono a los pasajeros que llevó a que 51 personas murieran. Un Estado que no controló, una empresa que se robó los subsidios, todos son responsables y quedó demostrado cuando el Gobierno Nacional cambió todo el sistema ferroviario. Porque justamente, había algo que andaba muy mal".
En esa misma línea, María Luján Rey, mamá de Lucas contó cómo se fue amoldando a una nueva vida atravesada por el dolor de la pérdida de su hijo y con la esperanza de luchar por justicia por él y otros casos de impunidad. "Uno se va acostumbrando a cosas que son nuevas, por ejemplo que te reconozcan.
O que tu palabra en una red social, tome trascendencia o tome repercusión que antes no tenía. Esas cosas son nuevas, a veces están buenas, a veces no. La tragedia aparte de pasarnos, nos demostró y nos acercó a tantos otros que ya lo han pasado y por eso los familiares de Cromañón, AMIA, ECOS, se suman y se siguen sumando. Más allá del grado de impunidad de los funcionarios, hay que hacer un crecimiento en la sociedad", expresó.
"Mi obligación es los responsables de la tragedia de Once condenados y encarcelados. Y un servicio digno y seguro para que mi nieta se suba en Padua y nadie piense que no va a llegar viva. Venís luchándola para que no se repita", concluyó María Luján.
Fuente: Telam y Minuto uno
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